lunes, 5 de septiembre de 2016

GUARONDO, TRANCO DEL ACEBO, PALANCARES, CAÑADA DEL AVELLANO, ESCALERA ROMANA, VEREDA DEL AGUASCEBAS DE LA FUENTE DEL TEJO (SIERRA DE LAS VILLAS) 01-09-2016


De nuevo recorremos una parte de ésta prodigiosa Sierra de las Cuatro Villas que tanto nos apasiona. En la primera parte de ésta ruta recorremos parte de la vieja senda denominada en los mapas topográficos “Camino de la Cumbre”, más concretamente el tramo comprendido entre el collado Caracho y el Cortijo de los Palancares. Éste sendero comunicaba poblaciones como Mogón y Santo Tomé con las partes altas de la Sierra y después volcaba para el valle del Guadalquivir en la zona de Coto Ríos. Era una senda importante y muy bien trazada, coincidía con una vía pecuaria. Pasa varios trancos, como el de la Lancha Candiles o el del Tranco del Acebo y sus creadores tuvieron que hacer gala de un gran ingenio para trazarla, a base de buscar los mejores pasos por esos trancos y reforzarla con muros de mampostería en muchos tramos. Actualmente la senda se sigue más o menos bien, aunque algunos tramos están muy deteriorados y justo ahí son muy útiles las marcas de pintura blanca que alguien ha realizado en troncos de pinos y rocas. También hitos de piedras a lo largo de la senda ayudan bastante a no perder su continuidad. Nosotros en ese día nos dedicamos a poner bastantes hitos para evitar en la medida de lo posible que éste tesoro etnográfico desaparezca del todo.
Después ,desde el cortijo de los Palancares pretendíamos llegar a la Cañada del Avellano por una zona que ya conocíamos, que es bajando a la tienda tepee que se encuentra a orillas del Aguascebas de Chorrogil y desde allí tomar la senda que llega hasta el cortijo de la Cañada del Avellano. Pero sobre la marcha decidimos cambiar de planes, pues bajando del cortijo de los Palancares hacia el Aguascebas de Chorrogil y nada más vadear a éste seguimos lo que parecía una senda que ascendía por los viejos bancales de una cañada situada entre la Loma del Pez de Trigo y la Cañada del Avellano.
Finalmente salimos al cortijo de la Cañada del Avellano, donde tomamos la senda que lleva a los Chortales. Bajamos por la Escalera de los Faustinos para llegar al Prao de los Chopos. Allí tomamos la preciosa vereda que de casualidad descubrimos en otro recorrido y que desciende hasta Prao Maguillo junto a la orilla del Aguascebas de la Fuente del Tejo, para regresar al punto de inicio por la pista que bordea el Embalse del Aguascebas.

En fin, creo que nos quedo una ruta bastante redonda y preciosa como pocas a pesar que el verano no es la mejor época para realizarla, ya que las maravillosas navas, prados y viejos bancales de cultivo por los que pasamos están agostados y las fuentes y muchos de los arroyos casi secos. La primavera puede ser su época ideal. A rasgos generales es bastante cómoda y no ofrece dificultades reseñables, ni si quiera en los tramos de campo a través.

La ruta comienza en el collado Caracho, entre los kilómetros 18 y 19 de la carretera transversal de la Sierra de las Villas y muy cerca del Embalse de Aguascebas (donde podemos estacionar el vehículo).

Comenzamos a caminar por el carril que sale justo desde el collado Caracho hacia el Este primero y Sur un poco después (no confundir con otro que sale en la misma dirección unos metros más abajo y que tiene un panel informativo del inicio del sendero señalizado “Embalse de Aguascebas” y por donde regresaremos). En un kilómetro aproximadamente llegamos al collado Robledo, donde el camino se encuentra cerrado por una puerta. A nuestra derecha sale un caminillo y a nuestra izquierda comienza un sendero, el cual seguimos.
En éste sendero (Camino de la Cumbre) comenzamos a ver las marcas de pintura y los hitos de piedras. Ascendemos de forma acusada hacia el Este y pronto nos encontramos ante unos altos bloques pétreos, es el Tranco de la Lancha Candiles. La senda busca de forma magistral la forma más cómoda de ascender éste tranco y tras llanear un poco por la cima de la Lancha desciende al collado Candiles.
Atravesamos un carril que llega a éste collado desde el Coto de la Palomera y si estamos atentos vemos la continuidad de la senda al otro lado del collado en la misma dirección que traemos. Ascendemos otro tranco, pero éste de mucha menor entidad e importancia que el de Candiles y el del Acebo. Salimos a otro carril que lleva a un cortijo cercano y que también viene del Coto de la Palomera. Al otro lado del carril continua la senda, que ahora se muestra muy clara y evidente debido al continuo trasiego de mulas que desde éste punto ascienden hasta el cortijo del Acebo, el cual están reformando. Pronto llegamos al espectacular Tranco del Acebo, donde la senda zigzaguea reforzada continuamente con muros de mampostería para salvar dicho escalón.
Llegamos al collado del Acebo, donde a nuestra izquierda se sitúa el cortijo homónimo y nosotros seguimos de frente hacia el Sureste, por donde asciende de forma suave la senda. Salimos a una zona llana, una nava que se llana Navazaltillo y un poco después nos desviamos momentáneamente de la senda hacia el Sur para coronar unos cercanos picos, que no tienen nombre en los mapas pero que forman parte de todo éste macizo denominado la Cumbre o las Cumbres de los Palancares. Las vistas desde aquí son espectaculares sobretodo hacia el gran anfiteatro montañoso que tenemos enfrente y del cual formamos parte y que se denomina Hoyo Redondo, cabecera del río Cañamares: Puntal de las Cabras, Narigón, Caballo de la Zarza, Nava del Puesto, Morra de los Pinos Blancos...
Regresamos a la senda y continuamos hacia el Este para en breves metros llegar a la Cruz del Helado, donde la senda se bifurca. El nombre del paraje al parecer obedece a que en un frío invierno aquí murió un hombre por hipotermia y lo encontraron congelado. La senda de la derecha lleva a la Nava del Puesto, a la fuente de la Zarza y ya desde allí o bien desciende al valle del Guadalquivir o bien sigue hasta el Puerto de las Palomas. La de la izquierda lleva al Cortijo de los Palancares, el Pardal, Peña Corvá y desde allí desciende hasta Coto Ríos. Ambas sendas pasan muy cerca del Collado de los Palancares, por lo que tampoco tiene demasiada importancia la que tomemos siempre que no nos pasemos dicho collado.
Desde el collado de los Palancares descendemos al cortijo homónimo ya visible desde aquí, pasando antes por una fuente hecha de obra y que tubo que tener cierta importancia en su día. El cortijo de los Palancares se sitúa en un paraje prodigioso , de una belleza sin igual. En la cabecera del Aguascebas Chico o de Chorrogil, donde numerosos barrancos riegan unas buenas tierras alomadas y repletas de viejos bancales de cultivo bordeados de frutales. La majestuosa silueta del Pardal corona todo ésta cabecera, haciendo que no olvidemos a pesar de lo domesticado aunque abandonado del paisaje ,que nos encontramos en la parte alta de éstas montañas.
Desde las ruinas de lo que en su día parece que fue un soberbio cortijo descendemos hasta la orilla de arroyo Aguascebas de Chorrogil recorriendo los viejos bancales y de camino buscando algún fruto en los ciruelos, pero sin suerte. Tras vadear el arroyo en lo que parece que fue un viejo vado, remontamos un barranco hacia el Norte por lo que parece una vieja senda y que nos lleva a una amplia cañada donde se suceden uno tras otro numerosos bancales de cultivo. Ésta cañada tiene a la derecha (Este) la Loma del Pez de Trigo y a la izquierda (Oeste) una lancha que separa a ésta cañada de la Cañada del Avellano.
Llegamos a las ruinas de un cortijo, del cual al igual que de la cañada por donde vamos desconocemos su toponímia. Decidimos en vez de seguir remontando la cañada girar hacia el Oeste para ascender a la cima de la lancha y seguir por ella cresteando hacia el Norte, así ganamos en vistas. Éste cresteo es muy cómodo, hay veredas de ganado que facilitan el recorrido, además el lapiaz es aquí muy redondeado.
Finalmente descendemos de la lacha por un portillo en busca de la Cañada del Avellano, donde enlazamos con la senda que recorre la misma. Aquí si encontramos unos ciruelos bien cargados y nos damos un pequeño festín a la vez que nos cargamos de provisiones.
En pocos metros hacia el Noreste llegamos al cortijo de la Cañada del Avellano o de Jabalcaballo en algunos mapas y que sí está habitado. Lo bordeamos por el carril que pasa a su lado y después giramos al Noroeste vadeando el arroyo que un poco más abajo tributa sus aguas a la Cañada del Avellano. Entre las rocas buscamos el inicio de la senda que vamos a seguir. El primer tramo de ésta senda es muy difuso entre tanto lapiaz, pero nosotros fuimos poniendo hitos de piedras para facilitar el recorrido de la misma. Tras volcar la senda al otro lado de la lancha se ve con mucha más nitidez.
En pocos metros llegamos a otro de los parajes de privilegiada belleza de la Sierra de las Villas, son los Chortales, un llano donde se juntan varios arroyos que suelen llevar agua hasta los meses más secos del año. De ahí su nombre, porque un chortal es un llano encharcado. Aquí hay un pequeño cortijo habitado por ciudadanos extranjeros. Seguimos hasta el desagüe de los Chortales, por donde sigue la senda, descendiendo por uno de los pasos más extraordinarios de toda la Sierra, es la Escalera de los Faustinos o también llamada como Romana. La senda baja junto al curso del arroyo que aquí se despeña entre grandes paredones verticales y para ello ésta zigzaguea asegurada con altos muros de piedra.
Tras pasar la Escalera de los Faustinos la senda sigue hacia el Norte para en unos metros salir al carril que desde el Prao los Chopos va hasta el cortijo de Tarquino. Seguimos el carril a la derecha para en breves metros vadear el arroyo Aguascebas de la Fuente del Tejo por un puente en el paraje de Prao los Chopos. Remontamos unos metros más el carril para salirnos entre un llano pinar a la izquierda (Oeste) en busca de la vereda que desciende por la Cuesta del Oso. Al principio la vereda no se ve, pero conforme llegamos a la cuesta se hace evidente.
La vereda al principio desciende de forma vertiginosa hasta que tras vadear el Aguascebas de la Fuente del Tejo transcurre junto a su cauce de forma mucho más relajada hasta llegar a Prao Maguillo. La vereda si vamos atentos no tiene perdida, aunque de vez en cuando se mete entre la maleza de bojes y algunas zarzas. Agachandose un poco éstos tramos se pasan sin problemas.
En Prao Maguillo salimos a una pista, por donde discurre el sendero señalizado “Embalse de Aguascebas” :


La pista la tomamos a la izquierda para en poco más de 3 kilómetros ,tras pasar por varios cortijos habitados y el espectacular paraje de la cascada de Chorrogil (una senda nos lleva hasta la misma base de la cascada) ,llevarnos a la carretera transversal de la Sierra de las Villas justo en el punto donde estacionamos el vehículo, dando por concluido éste precioso recorrido.











Comenzamos ésta andadura en el Collado Caracho.

Pronto llagamos al Collado Robledo, donde tomamos la senda "Camino de la Cumbre".

Casi sin darnos cuenta nos plantamos ante el Tranco de la Lancha Candiles...

...donde la senda busca el paso...

...para subir a la Lancha Candiles.

Tras pasar por el collado de Candiles y subir un pequeño tranco nos encontramos con otro espectacular paso o escalera como lo llaman los serranos.


Se trata de la Escalera del Tranco del Acebo.

Espectacular y zigzagueante paso...

...entre rocas...

...reforzado con muros de mampostería.

Dejamos a nuestra izquierda el cortijo del Tranco del Acebo y seguimos el "Camino de la Cumbre".

Llegamos a un llano llamado Navazaltillo...

...y poco después nos salimos del sendero...

...para encaramarnos en unos cercanos picos...

...con unas vistas impresionantes. Pardal y Peña Corvá.

Hoyo Redondo con la Sierra de Cazorla detrás.

Los Vílchetes con la Loma detrás.

Puntal de las Cabras y la Sierra de Cazorla.

El Narigón.

Hoyo Redondo.


Los Vílchetes con Villacarrillo  detrás.

Los Vílchetes.

Cascada de la Palomera y valle del Cañamares.

La Morra de Chorrogil, Pedro Miguel, Morra de los Cerezos...

Miguel en las Cumbres de los Palancares.

Navazalto con Iznatoraf de fondo.

En la Cruz del Helado, donde se bifurca la senda.

Vieja senda bien trazada...

...y bien conservada en algunos puntos.

Llegamos al Collado de los Palancares con el Pardal de fondo.

Fuente de los Palancares.

Cortijo de los Palancares.

Bellísimo entorno.


Viejos bancales de cultivo de los Palancares.

Ahora el ganado vacuno se ha hecho dueño de éstos bancales.

Ascendemos por lo que parece un viejo sendero y ganamos altura sobre el Aguascebas Chico.

Salimos a una amplia cañada con viejos bancales de cultivo...

...donde se encuentran las ruinas de un cortijo.

En vez de seguir ascendiendo por ésta cañada...

...decidimos hacerlo por la cumbre de la lancha y ganar en vistas. Cortijo a orillas del Aguascebas Chico o de Chorrogil...

..y la famosa tienda teepe que se encuentra cerca de ese cortijo.

La Morra de Chorrogil y a la izquierda de la foto los cortados donde se sitúa la cueva homónima.

El Tranco del Acebo y los Vílchetes detrás.

Miguel en la cumbre de la lancha que estamos recorriendo.

Vemos la Cañada del Avellano, a donde tenemos que descender.


Y encontramos un cómodo portillo para descender.

En la bonita Cañada del Avellano.


Cortijo de la Cañada del Avellano o de Jabalcaballo.

Ahora nos dirigimos en busca de la senda que nos lleva a los Chortales.

Peña Corvá y llanos de Jabalcaballo.

Descendemos a los Chortales.


Cortijo de los Chortales.

El precioso paraje de los Chortales.



Desagüe de los Chortales, donde comienza...

...la espectacular Escalera de Faustinos...

...o Escalera Romana.



Espectacular paso sin duda.

La senda nos lleva al Prao los Chopos.


Descendemos por una vereda la...

...Cuesta del Oso.

Vadeamos el Aguascebas de la Fuente del Tejo.



Y seguimos junto a la orilla...

...de éste río...

...hasta salir a Prao Maguillo.

Pasá Maguillo.

Cortijo Majá Maguillo.



Impresionantes paisajes Villanos.

Antes de terminar el recorrido pasamos por...

...el impresionante paraje de la cascada de Chorrogil.


Nos despedimos con una imagen de la Morra de Chorrogil.










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