lunes, 2 de noviembre de 2015

FLORANES, ARREDONDO, SANTA OLALLA, LOS MELLIZOS, ÁLAMOS CENTENARIOS, PEÑÓN DE LA LECHERA, PICO PADILLA (SIERRA DE BAZA) 31-10-2015


Sensacional recorrido por el Parque Natural de la Sierra de Baza, cuando la otoñada está en su máximo esplendor, regalando a nuestras retinas imágenes de cuento, de coloridos imposibles, más propios de latitudes más septentrionales. El sendero de los “Álamos Centenarios” es sin duda un recorrido imprescindible en el sur peninsular para disfrutar del breve otoño andaluz.
Quinta incursión en ésta fantástica sierra que no deja de depararnos sorpresa tras sorpresa y que sin duda hará que en el futuro indaguemos en sus más intrincados rincones.

Seguimos de forma casi íntegra dos senderos señalizados: el de “Floranes -Arredondo” y el de los “Álamos Centenarios”; visitamos dos preciosas aldeas abandonadas en el curso del arroyo Bodurria: Santa Olalla y Los Mellizos y ascendemos a dos picos que superan los 2.000 metros de altitud: el Peñón de la Lechera y el Pico Padilla, todo ello a través de una ruta que califique de difícil tan solo atendiendo a su larga distancia, más de 27 kilómetros, pero que carece practicamente de dificultades técnicas, siendo a rasgos generales bastante cómoda y de escaso desnivel aculado (poco más de 800 metros).
Agradecemos a María del Mar Rubira y Pedro J. Castro sus tracks de Wikiloc.

- Información del sendero señalizado Floranes – Arredondo:

http://www.juntadeandalucia.es/medioambiente/servtc5/ventana/mostrarFicha.do?idEquipamiento=19455

- Información del sendero señalizado de los Álamos Centenarios:

http://www.sierradebaza.org/siebaza_ruta2.htm

http://www.juntadeandalucia.es/medioambiente/servtc5/ventana/mostrarFicha.do;jsessionid=5745498434ACBB4952880B1A1C9433D1?idEquipamiento=32851

- Información de la aldeas de Santa Olalla y los mellizos a través de Proyecto Sierra de Baza:



- Para el que desee conocer éste Parque Natural o saber más sobre él recomiendo echar un vistazo a la fantástica revista digital Proyecto Sierra de Baza:



La ruta comienza en la casa forestal de Floranes a la que se accede por la carretera GR-8101, donde entre los kilómetros 12 y 13 sale una pista señalizada que nos lleva en 1 kilómetro a dicho lugar.
En Floranes seguimos la indicación del sendero señalizado “Floranes – Arredondo”, que de ésta forma describe el folleto del Parque Natural:


                                                                             

El antiguo cortijo de Floranes
El inicio de este sendero se sitúa muy cerca de la antigua casa forestal de Floranes (ver [1] en el mapa). Desde aquí, descenderemos de nuevo al panel de inicio y comenzaremos nuestro sendero hacia la izquierda por la pista forestal, dejando a nuestra derecha el sendero Floranes–Cerro Panizo, conocido por su impresionante mirador. Seguiremos la pista forestal para adentrarnos en el pinar que nos da la bienvenida con ese aroma singular, el cantar de las aves, y ciento de huellas y rastros de su esquiva y escurridiza fauna.
Al llegar al cortafuegos estaremos a caballo entre Cerro Alonso y Cerro Panizo de 1.703 y 1.608 metros de altitud respectivamente. En este collado se nos presenta el inicio de otro sendero, el de Floranes-Cortijo del Tío Capote, que desde aquí [2] desciende hasta los antiguos cortijos cerca del río Bodurria, otra zona privilegiada de la Sierra de Baza.

Un continuo mirador
Pero nuestro recorrido continúa por la pista forestal, dejando a la derecha el citado camino que baja al Cortijo de Tío Capote. Pronto la pista forestal se convierte en un pequeño sendero [3] que empieza a zigzaguear a media ladera atravesando infinidad de barrancos que componen a nuestra derecha un magnífico paisaje sobre el valle del arroyo Bodurria. Mientras tanto, por nuestra derecha, en la ladera de enfrente [4] se nos irán apareciendo vestigios de la historia reciente de la Sierra de Baza en forma de cortijos y antiguos molinos, como el cortijo de la Loma, el de Pinar Hoya, incluso una antigua fundición de plomo conocida como la Fabriquilla.
En todo este cruzar de barrancos, podremos deleitar nuestro oído con la agradable melodía de la escorrentía del agua en tres puntos, los pequeños barrancos de Plaza y de La Petronila, y el más
hermoso en cuanto a paraje, el arroyo Bodurria [5] rodeado de un manto vegetal típico de ribera, de esbeltos álamos, juncos, mimbres y zarzas.

La sierra despoblada
La sensación de despoblamiento de este valle es la misma que tendremos en muchas de las zonas incluidas dentro de los límites del parque natural, que sufrieron un intenso proceso de abandono originado por las importantes migraciones que se produjeron mayoritariamente sobre los años sesenta del siglo pasado. Desde el arroyo Bodurria nos queda un trecho de subida de algo más de un kilómetro y medio. Por él observaremos las terrazas utilizadas para cultivo que tienen su origen en la época musulmana, y que hoy están cubiertas de pinares de repoblación.
El cortijo de Arredondo [6] con sus casas y sus corrales de piedras descarnadas pone fin a nuestro sendero.”

                                                                               
                                                                                     

Desde Arredondo salen dos pistas hacia el suroeste, nosotros tomamos la que está más arriba y es de menor categoría. Llegamos a unas chozas de piedra cerca del barranco de los Porqueros, donde termina el carril. Seguimos hacia el suroeste por veredas poco perceptibles, atravesando viejos bancales de cultivo y descendiendo hacia el arroyo Bodurria.
Una vez en el arroyo lo seguimos aguas arriba por un precario carril utilizado para plantar árboles ribereños a ambos lados del mismo.
En poco tiempo llegamos a un viejo molino y a una presa, ya vemos las ruinas de la preciosa aldea de Santa Olalla, a ambos lados del Barranco de las Casas. Recorremos la aldea, primeramente la parte que queda en la orilla izquierda del barranco y después la que queda en el margen derecho.

Texto sobre la aldea de Santaolalla por “Proyecto Sierra de Baza:

Esta bella aldea de la Sierra de Baza, se localiza en la ribera del arroyo Bodurria, a la altura del llamado Barranco de Las Casas, el que desciende desde el Calar de Rapa a 1.480 metros de altitud. La zona ha estado habitada hasta hace apenas unos años, siendo esta aldea el último reducto de la presencia humana en el arroyo Bodurria, la principal columna hidrográfica de esta Sierra y que unos kilómetros más bajo, ya en el término de Caniles, tras juntarse con la Rambla de Granada, pasará a denominarse Río Gállego primero y Río de Baza después.
En la zona es perfectamente visible la confluencia de los dos principales sectores geológicos de esta sierra: el nevado-filábride y el alpujárride, siendo muy vistosos los afloramientos de mármoles cipolínicos, que contienen bandas de láminas micáceas, en el mismo cauce del arroyo, por lo que aparecen pulidos naturalmente por el agua.

Las Casas de Santaolalla fue un importante núcleo de población de la Sierra de Baza, de cuya importancia nos puede dar idea ahora el paseo por sus ruinas, llegando a contar con un molino de agua, el llamado Molino de Barragán, que se emplazada en la margen derecha del arroyo Bodurria, aguas abajo, a unos metros de una pantaneta de regulación que se acondicionó a final de los años setenta en este lugar, para controlar las grandes avenidas que producían las aguas en estos parajes, cuando tenían lugar lluvias torrenciales, lo que no era un fenómeno ni mucho menos raro en los precedentes años, de forma que tenemos constancia de graves inundaciones en los años precedentes. Esta pantaneta, precisamente sirvió en 1998 para que la maquinaria que había iniciado la deforestación de todo el arroyo Bodurria, al amparo de una autorización dada para retirar “maderas muertas o deterioradas previamente señaladas” y que en realidad supuso la tala de la práctica totalidad de la vegetación de ribera que se localizaba río abajo desde la altura del arroyo con la confluencia del camino que conduce al Área Recreativa del Pinarillo hasta esta presa, se salvara, al no poder continuar la maquinaria pesada con la actuación deforestadora, de modo que es muy apreciable el contraste que se divisa desde la misma presa, del paisaje que presenta el arroyo aguas debajo de la presa y aguas arriba de la misma, donde no pudo pasar la maquinaria que unos metros más abajo terminó con todo vestigio de vida.

Esta zona conserva, aunque muy deteriorado el agua sistema de riego con el que estaban dotadas sus terrazas de cultivo, en las que se cultivaban unas patatas de una calidad excepcional, de modo que aún podemos localizar algunos de los acueductos y presas con los que los serranos tomaban el agua para conducirla hasta sus terrenos de labor.”

Descendemos de nuevo al arroyo Bodurria y seguimos aguas arriba por precarias veredas, alejandonos en un punto del mismo para sortear unos resaltes rocosos. Llegamos a una pantaneta y aquí ya tomamos una vereda mucho más clara y que nos saca en pocos metros a una pista. Seguimos dicha pista hacia el sureste (a la derecha), para en una cercana curva cerrada salirnos de la misma siguiendo las indicaciones del sendero señalizado de los “Álamos Centenarios”.
Descripción de éste sendero por La Ventana del Visitante de los Espacios Naturales :

                                                                             

Se recomienda este sendero esencialmente por la huella humana observable en todo el recorrido por la cuenca alta del Arroyo Bodurria, pero en especial en la Cortijada de los Mellizos, ahora en ruina y observable desde el sendero, en la que se ha colocado un hito explicativo.
Se trata de un sendero lineal muy atractivo, cómodo y de alto valor natural, con abundante sombra y agua. Sin duda, un hermoso valle para disfrutar andando en cualquier época del año dada la peculiaridad del clima del mismo, ya que al encontrarse rodeado de altas cimas por todos sus lados, presenta un tiempo cálido en los fríos días de invierno y un clima fresco en los calurosos días de verano.
La primera parte del sendero trascurre por una pista forestal entre pinos de repoblación muy fácil de andar, y una vez que llegamos al Arroyo Bodurria todo el paisaje cambia.
El camino se convierte en una vereda que avanza paralela al curso de agua, hasta conducirnos a antiguas aldeas abandonadas.
Las huellas del pasado reciente están presentes en las antiguas huertas, las acequias de riego, los viejos cortijos y sobre todo en Los Mellizos, lugar central de reunión entre los vecinos. Esta aldea fue uno de los núcleos de población más importantes de la Sierra de Baza. Contaba con iglesia y cementerio propio, celebraba sus fiestas en septiembre, y dos veces al mes organizaba su mercado. Desde los años sesenta está completamente deshabitada.
Algunos tramos del sendero, aún conservan los rasgos de los viejos caminos de herradura, por la que transitaban los vecinos entre cortijos y aldeas y para acceder a las lejanas poblaciones, situadas a más de cinco horas de pesado y lento caminar.
Si a esto añadimos lo riguroso del clima, a mas de 1.700 metros de altitud, lo que se traduce en inviernos fríos y con nevadas abundantes, comprenderemos los duros esfuerzos de sus habitantes por sobrevivir en éstas áreas de alta montaña, donde la ganadería y una agricultura escasa y de subsistencia, debido al corto verano, fueron las bases del sustento.
En el camino podremos disfrutar también de la figura espectacular de un antiguo castaño y de la sombra de álamos centenarios, de Álamo negro, que se estima puedan tener unos 300 años. El adjetivo "negro" proviene de unas costillas negruzcas que se forman entre las grietas que resquebrajan su grisácea corteza. No los confundamos con otra especie de álamo, el temblón, mucho más común con corteza lisa y blanquecina.
También puede iniciarse desde el carril que desde la carretera discurre hacia Charches. “

Texto sobre la aldea de los Mellizos por “Proyecto Sierra de Baza”:

En la cuenca alta del arroyo Bodurria, a poco más de 1.700 metros de altitud, muy próximo al límite con la provincia de Almería, se emplaza la aldea serrana de Los Mellizos.

La aldea o cortijada de Los Mellizos integrada por un significativo grupo de casas de piedra con el tejado de pizarra y launa, también llamadas de "tierra roja", actualmente en situación lamentablemente ruinosa y de abandono, ya era citada en el Catastro de Ensenada (1753).Otrora importante lugar de transacciones y mercado bisemanal de esta sierra (los días 2 y 16 de cada mes). Las permutas e intercambios de mercancías eran lo más
corriente; la moneda apenas se utilizaba y la mayoría de la población vivía al margen de la economía monetaria. Tal fue la importancia de este mercado, que era conocido fuera de las fronteras meramente comarcales y a él acudían vendedores ambulantes con caballerías cargadas para cambiar las mercaderías
que transportaban por los productos que ofrecían los serranos: patatas, trigo, centeno, lentejas, queso, huevos y frutas, de modo fundamental. Aquí se celebraba también unas fiestas anuales el primer domingo de septiembre, coincidiendo con la finalización de la recolección de la cosecha de cereales y posterior trilla, siendo un lugar muy concurrido y conocido en toda esta
sierra, hasta que hacia los años sesenta la aldea quedó completamente deshabitada y abandonada.

Si nos introducimos en la aldea, debemos tener cuidado de no entrar en las casas que, por su situación de abandono y ruina, representan un manifiesto peligro y contentarnos con visitar sus empinadas calles. Particularmente bonita es la plaza principal de la aldea, la de la Ermita de San Antonio (fundada en el año 1868) y dedicada en sus tiempos a la devoción del Santo,
un auténtico monumento y símbolo de su época, del que solo quedan ahora sus paredes maestras, habiéndose hundido totalmente la cubierta.
Los Mellizos no solo contaban con iglesia propia, sino que también tenían su cementerio cristiano, en el que tuvo lugar su último enterramiento en 1963; hoy se encuentra lamentablemente rodeado y escondido entre los pinares de repoblación que ni siquiera respetaron el camino que antes unía la aldea con este lugar sagrado. Debemos orientarnos situándonos mirando a la iglesia, para emprender el camino hacia la derecha, localizándolo un poco más elevado de la altura a la que nos encontramos. Encontramos el cementerio entre la espesura, y delimitado por un recinto rectangular, del que ni siquiera se conserva la puerta de acceso, lo que permite que en el sagrado lugar penetren los ganados domésticos y fauna silvestre.
En toda esta zona de Los Mellizos abundan los cerezos silvestres (Prunus avium) de hecho este paraje fue conocida en la antigüedad como "Royo del Cerezo". Aún en día se conservan en el lugar algunos de estos excepcionales ejemplares. Aun cuando el mayor interés botánico de este paraje lo tiene el bosque de álamos que se localiza a lo largo del arroyo Bodurriadesde la altura de la cortijada de La Fragüilla a la aldea de Los Mellizos. Nos impresionará el tamaño de los ejemplares y la forma particularmente deforme de los más gruesos, mucho de ellos ejemplares de los llamados trasmochos (el pie se ha ido talado para un aprovechamiento sostenible y de un tronco muy grueso sobresalen grandes ramas) Ha sido la aparente fealdad de los ejemplares más excepcionales lo que les salvó de ser talados. Sus troncos torcidos y sumamente curvos no eran aptos para el aprovechamiento maderero, ni para la construcción. No merecía la pena emplear grandes esfuerzos para cortarlos primero y transportarlos después, desde este lejano lugar, que tampoco contaba con camino practicable. Aun cuando la vegetación que encontramos en la zona es la propiamente ripiaría o higrófila, esto es la propia de márgenes de corrientes de agua, del piso Supramediterráneo, constituida fundamentalmente por juncos, sauces, mimbreras, fresnos, rosales silvestres y chopos, destaca la presencia de álamos temblones (Populus tremula), llamados así por el ruido que producen sus hojas al ser movidas por el viento y, particularmente, álamos negros (Populus nigra): los de mayor tamaño y más interesantes de este bosque galería.”

Aunque nosotros hicimos éste sendero en sentido inverso a como se describe y no lo recorremos íntegramente, pues al poco de pasar el cortijo y la fuente de la Fragüilla y antes de llegar a la confluencia del barranco del Aguardentero (por donde sigue el sendero señalizado) con el Bodurria nos salimos del camino al sur para ascender de forma muy acusada por un cortafuegos hasta la cima del Peñón de la Lechera , a 2025 metros de altitud. Las vistas son magníficas, aunque podrían ser mucho mejores si no fuera por el joven pinar que empieza a ocultarlas hacia el sur, la zona de la Hoya de Guadix y el Marquesado de Zenete.
Desde el Peñón de la Lechera nos dirigimos al Pico Padilla (2.061 m), para lo cual seguimos por el carril cortafuegos que hacia el sureste primero ,este después recorre la cuerda, y antes de ascender al Peñón de los Guardas (2.031 m) tomar un carril a la izquierda al noreste y que se introduce en el pinar. En breves metros éste carril sale a la carretera GR-8101, por la cual seguimos hacia el norte (a la izquierda). Cuando la carretera gira a la izquierda para bordear el Pico Padilla nosotros seguimos de frente por el carril que asciende a la caseta de vigilantes y vértice geodésico de Padilla.
Las vistas desde éste pico son soberbias, sobretodo hacia el interior de éste parque Natural y sus altas cumbres, algunas de ellas superando los 2.200 metros de altitud: Tejoletos ,Picón de Gor, Calar de Rapa, Calar de Casa Heredia, Calar de Santa Bárbara...
Tras almorzar con tan esplendidas panorámicas emprendemos la marcha, para lo cual tomamos el cortafuegos primero y carril después que hacia el noreste desciende hasta la carretera. Y por ella seguiremos durante algunos kilómetros, pudiendo atajar algunas de sus amplias curvas y descansar los pies de tan cansino asfalto.
Pasamos por el punto donde empieza el sendero de los “ Álamos Centenarios” (en el sentido que nosotros lo hicimos donde hubiésemos terminado de haberlo seguido de forma íntegra), en el collado que forma el barranco del Aguardentero. También pasamos entre los Cerros Ayala (1.924 m) y Redondo (1.942 m), el Collado del Llano (1.938 m), Durillo (1.965 m), La Falsa (1.904 m) y El Pico del Chaparral (1.902), practicamente llaneando para a partir de aquí comenzar a descender de forma más brusca.
Cuando a nuestra derecha queda el cerro del Toril y a nuestra izquierda el barranco de Floranes abandonamos la carretera y campo a través por la raspa o loma que separa los barrancos de Floranes y Tornazo descendemos acusadamente por un denso pinar hasta el refugio o aula de la naturaleza de Floranes, cortijo de Floranes en los mapas y desde aquí hasta donde estacionamos los vehículos, dando por concluida ésta fantástica ruta.

                                                                                       

                                                                                Análisis ibp index

                                                                                       





Salimos desde Floranes y nos introducimos en un denso pinar.
                                                                                 

Pronto damos vistas al valle del arroyo Bodurria...

...entre brumas matinales.

El Calar de Rapa.

Cuzamos un barranco por un puente en las laderas occidenteales del Cerro Alonso y el Cerro de la Misa.

Bonito sendero que desciende al barranco de Plaza...

...para tras vadearlo comenzar a tomar altura.

Cortijo de Pinar Hoya en la ladera del Calar de Rapa.

Arredondo en el valle del Bodurria.

Pinar Hoya.

Vadeamos el arroyo Bodurria...

...para llegar...

...al cortijo...

...de Arredondo o de las Noguericas.

Bonito lugar para descansar.

Cortijo de Arredondo.

Llegamos a las chozas de piedra, donde acaba el carril...

...y descendemos por precarias veredillas hasta el lecho del Bodurria.

La rivera del Bodurria en ésta parte...

...está siendo reforestada.

Pronto empezamos a divisar las ruinosas casas de Santa Olalla...

...a ambos lados del barranco de las Casas.


Precioso paraje...

...perdido en el olvido de sus ruinosas moradas.


Cuesta imaginarse que no hace mucho tiempo éste rincón era un hervidero de gentes.




Bonito colorido otoñal en el barranco de las Casas.


Nos dirigimos a la otra parte de ésta aldea fantasma.

Última casa que estuvo habitada en Santa Olalla.

Nogueras en nuestro camino de nuevo al lecho del Bodurria.


Recorremos el Bodurria aguas arriba en busca del sendero de los Álamos Centenarios.


El otoño está en su plenitud en ésta rivera.

Salimos a una pista...

..que en breves metros nos llevará al inicio del sendero de los Álamos.




El precioso sendero de los Álamos Centenarios.


Pasamos junto al viejo castaño...

...de los Mellizos.



Nos aproximamos a otra aldea fantasma,...

...la de los Mellizos.

Contaba ésta aldea con iglesia y cementerio.







Sin duda un precioso paraje.


Cementerio de los Mellizos.

Y llegamos a los esperados Álamos Centenarios.






Una maravilla de la naturaleza...

...y un placer recorrerlos.




Zona de la Fuente de la Fragüilla.


Donde el sendero deja al Bodurria para remontar el Aguardentero...

...nosotros lo dejamos para ascender por un cortafuegos...

...camino del Peñón de la Lechera. Altas cumbres bastetanas desde éste pico.

Sierra Nevada.

Al fondo Sierra Arana.

Las féminas llegando al Peñón de la Lechera.

Camino del Pico Padilla...

...al que vemos bastante cerca.

Caseta de vigilantes y vértice geodésico del Pico Padilla.


Sector occidental del Parque Natural de la Sierra de Baza.


El sector oriental...

...y la Sierra de Filabres.

El Altiplano Granadino.

Y en el cortijo de Floranes ponemos punto y final a ésta soberbia ruta.










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